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[ Soneto ]

Me inquieta aquella música próxima
que se agolpa entre mis negros oídos.
Eje nocturno, amuleto de brujos
que se precipita desde la cima.

Me aprisiona y con ellos me reanima
desconcertándome con sus arrojos.
Me dejo caer por sus dulces ojos,
caminando al olvido de su sima.

Vuelvo a recubrir de nuevos ropajes
mis ojos trémulos de desconcierto,
Mientras afuera, llueven mil lamentos.

Pero tú viajero ¿No reconoces
ésta barca, ésta hoz, éste manto?
Cantó, la que vive de mis despojos.


© 2002 Bernardo Rocco
EL BARQUERO
BERNARDO ROCCO

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