Poesía Inicio
Escribir poemas viejos con palabras usadas
intentarlos de nuevo como se hace la planta de inéditos ropajes
las flores de color, el aire de estrellas
que chocan, explotan, giran y aman.
Viejos poemas que canten nuevas vidas
ilusiones y mares que entrecrucen sus aguas con el sol
y el sol que lo miraba desde lejos
se haga ojo y se haga pez
y bucee como hombre temeroso
en busca de secretos y más sol.
Escribir viejos poemas que nunca envejecieron
y pulir la palabra ya pulida
por las aguas del tiempo del tiempo que se traga a sí mismo.
Andar en el poema paso a paso
como la voz anónima que canta y cuenta y vuela
y no sabe que es canto lo que canta ni vuelo lo que cuenta.
Ser ala sin ser ave. Hallar la luz
sin más ojo que el ojo de la hondura del alma
que habita en los océanos más ciegos
Crecer hasta las nubes de otros cielos
sin ser árbol ni selva
Ser un inmenso tú sin dejar de ser yo
y escribir este poema que envejece en su tinta sin tintero
mientras mi mano rasga la hoja blanca
y el sol que ya se esconde envejece también
para hacerse de nuevo.

POEMAS VIEJOS (2)

Leemos poemas viejos cada tarde
y el sol canta de nuevo ese canto de cisne
que no muere ni calla
A cada lectura el poema se inaugura
y el lector se inaugura con el poema
que antes no hubo lector ni poema ni lectura
o fueron otros
tan otros y tan raros
que el poema que fue nunca volverá a ser
y el lector, tú, lector,
nunca terminarás de inaugurarte.

POEMAS VIEJOS (3)

Como todo se cumple -las fechas, las edades, los designios-
escribo este poema prometido al azar
Escribir poemas viejos, en verdad,
poemas con palabras que envejecen
si tú no las respiras diferente
es que el aire es respiro y la palabra es aire
y el poema que escribes que es no más que palabra
se infla o se desinfla
flota, vuela o se va
y nos deja tan solos
sin su encanto de pájaro que nombra lo que vuela
que no hay más que buscarlo y encontrarlo
para hacerlo volar y en él volar
porque somos puro aire, nuevo o viejo,
pura respiración, puro aleteo
y cuando no encontramos esta ausencia
que nos viene tan bien a los poetas
hasta el ojo se olvida de que es ojo
y el aire primordial que nunca duda
que es aire y primordial
se transforma en estatua de Rodin
y espera, inadvertido, en un museo.

[Havertown, 28 de mayo del 2003]

© 2003 Carlos Trujillo Ampuero

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