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Oigo pasar el Viernes Santo en el patio de mi casa Pasan grandes aviones comerciales trazando una magnífica estela Que las nubes blanquísimas apenas dejan ver a medias El viento de abril pasa como una caricia en este Viernes Santo Inundando el patio de mi casa en Havertown, Pennsylvania Con la música de unos tubos de aluminio Que cuelgan en la pared trasera del comedor Mi perro escucha el trino de las aves Y piensa en lo hermoso que sería volar como las aves 'Ni Beethoven ni Mozart' --parece decirme 'No cambiaría el trino de estos pájaros ni por la Orquesta Filarmónica de Philadelphia En sus mejores noches' --creo que es lo que piensa Pasan los pájaros sobre mi triángulo de cielo pagado mensualmente por treinta años Igual que los aviones que van o vienen de Nueva York o Washington D.C. El Viernes Santo sigue pasando minuto a minuto Y es como si Cristo, el hombre Cristo, todavía siguiera clavado en la Cruz Viendo escapársele la vida gota a gota
Los pájaros se han silenciado por un momento Y siento un extraño dolor en el costado 'Es la vida' me digo 'Este dolor no es más que la vida' me repito En cualquier triangulito de cielo pagado en eternas mensualidades
Mi perro escucha el ruido de otro avión que se aleja hacia un destino Que desconocemos Un cardenal rojísimo se balancea en la punta de un pino Como si acabara de nacer y ése fuera el único lugar seguro del universo 'No es Cristo' --me digo-- 'pero es que lleva plumas del color de su sangre!' Es Viernes Santo y los vehículos pasan por la calle como cometas sin destino Los televisores no muestran ni una sola cruz, sólo balas y bombas y besos de libreto Ni una mención a una muerte ocurrida hace ya dos milenios (Y es como si hubiera sido hoy) Nadie parece ver esta imperturbable Vía Dolorosa Donde tropezamos y caemos, tropezamos y caemos En el almacén de la esquina Los hombres hacen cola para no perderse su oportunidad en la lotería del domingo (El paraíso más próximo) Mientras el Hijo del Hombre, sediento y medio muerto, sigue atado a su cruz Esperando el tiempo feliz de la Resurrección En un Paraíso que imaginaba ya completamente pagado en dos largos milenios.
2 de abril, Viernes Santo de 1999
Havertown, PA© 1999 Carlos Trujillo Ampuero