El día de los deseos cumplidos
Geovanys F. García Vistorte

Esta edición colecciona relatos de estilo folklórico tradicional y puede clasificarse como literatura infantil, aunque sus argumentos y su contenido probablemente se dirigen máse explícitamente a un público universal.

Se trata de 'un hecho único en la historia', cuando un día un personaje, Morongo Tongo, adquiere el poder de realizar esperanzas secretas. La trama de cada relato se concentra en el problema de resolver los efectos imprevistos del cumplimiento de un deseo profundo y muchas veces egoísta.

Un hecho único en toda la historia

Se cuenta que en un mismo día sucedió un hecho único en toda la historia de la Tierra: se cumplieron todos los deseos que en ese día se pidieron.

Se dice, además, que fue Morongo Tongo el encargado de complacer todos los pedidos y que lo mismo daba que los deseos fueran flacos, azules, zurdos, manchados o redondos...

Melocadio

Melocadio era extraño, y esa condición se lo daba su manera de ser: matemática a ratos y en forma de garabato a veces. Y muchos lo querían porque mirar al infinito durante diez horas seguidas y montar caballos de cabeza no le hacían daño a nadie; y, además, quien podría despreciar al que todos los días se reía con una sonrisa, en cada ocasión, más contagiosa y linda.

Melocadio era un personaje que siempre generaba comentarios y todos lo conocían: por extraño y garabato; por matemático y risueño; por aventurero y callado...

El día de los deseos, Melocadio ya estaba un poco harto de su manera de ser, tan rara y comentada, que pidió ser diferente: idéntico cada día, organizado...

¡Qué decepcionante! Ya nadie veía a Melocadio; todos comentaban que se había ido de viaje y que en su lugar llegó un buen chico, tranquilo y muy serio, que a lo mejor se llamaba Lito o Muño.

—¡Oigan, yo soy Melocadio!

—No, ojalá usted hubiera conocido a Melocadio. Ni sabemos por qué partió. Era extraño y muy regado; pero tan original y tenía una sonrisa tan linda que difícilmente volvamos a contar con alguien así.