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20 septiembre 2006 Ahora que el Tribunal Electoral mexicano ha declarado ganador al candidato del partido reinante, y su principal contrincante progresista ha iniciado un gobierno paralelo, la tensión el enfrentamiento político parecen haber aumentado. Ahora el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ha dicho en una entrevista con CNN que no reconocerá el gobierno del presidente electo, Felipe Calderón. Si el segundo partido del Congreso decide definitivamente considerar ilegítimo el gobierno establecido por las leyes, y reconocer un gobierno "alternativo", respaldado por una potencia de la región, existe todavía una gran posibilidad de rotura en las instituciones y en la todavía naciente democracia del país. Mientras existan encuestas que parecen mostrar que el apoyo popular a la lucha declarada por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) —montada desde la calle y que ahora se declara gobierno paralelo sin posibilidad de reconciliación— ha ralentizado con cada paso hacia un enfrentamiento con las instituciones en sí, sigue existiendo una percepción popular de que la elección no ha sido del todo legítima en la práctica. El deseo de no deshacer el sistema constitucional y de llegar a un gobierno nacional definido por el sistema legal y jurídico, parece que es mayor que la sospecha que se siente de que el proceso ha afirmado un resultado no del todo confirmado por las evidencias. Será importante la actitud de todas las fuerzas políticas hacia el proceso, el respeto por la democracia significando una necesidad de transición apacible de mandato, pero una transición basada en un ejercicio limpio e impoluto del voto popular. Este doble filo fue lo que en el año 2000 hizo que el candidato Demócrata de Estados Unidos, Al Gore, se resignase a perder la elección: el hecho de que en la competencia, alguien tiene que perder para que haya una transición apacible. Y, como statesman, y a pesar de la virulencia de muchos de sus seguidores, decidió dejar su lucha en cuanto había usado el último de sus recursos legales civiles (su campaña no entró en meter cargos penales contra los supuestos agentes del fraude oficial). En el caso AMLO, existe el temor de que reconocer oficialmente el mandato de Calderón será legalizar un proceso que él y sus seguidores ven como corrupto y una amenaza contra la democracia. En estos momentos, México encara este grave dilema: ¿qué será de un sistema en el que no todos pueden confiar y al que no todos sienten una lealtad incondicional? cómo seguir en la misma democracia si de nuevo se ve difícil cambiar de partido en el sistema que ha servido a uno de los partidos principales? Al final, no será ni Calderón ni López Obrador que deciden la solución del dilema, como realmente no fue ni Bush ni Gore en el 2000: serán las leyes —y el grado de su cumplimiento y aplicación (o de su no cumplimiento)— y el pueblo, basándose en su resistencia a tal escándalo sistémico y en su fe en un sistema que —debido a la historia que padeció el país en el siglo XX— sólo está comenzando a arriesgarse y a dar pruebas. [s]
GOBERNAR SERÁ UN RETO PARA EL GANADOR DECLARADO DEL VOTO MEXICANO: FELIPE CALDERÓN La Vanguardia, periódico español, informa que el nuevo presidente electo de México, Felipe Calderón, tendrá un trabajo altamente difícil cuando asume el mando del gobierno. El reto más inmediato es la "insurrección" civil de su contrincante electoral, Andrés Manuel López Obrador, que dice que no sólo seguirá cuestionando la legitimidad de su ascendencia, sino que formará un gobierno paralelo. [Texto completo] TOP MEXICO ELECTORAL COURT TO DECIDE ELECTION TUESDAY Mexico's special court, established to resolve electoral protests in a constitutional process, has announced it will decide what the final official count is for the 2 July balloting, and whether or not the established count is valid. Felipe Calderón currently holds a 240,000 vote advantage in the official tally, and nothing points to the court annulling the election. Official frontrunner, Felipe Calderón, the candidate of Vicente Fox's PAN coalition, insists the election was free of irregularities, clean and legitimate and that the count that currently exists is both complete and definitive. His supporters and political allies insist the system must be allowed to decide the outcome and that any resistance beyond the decision of the electoral tribunal is an affront to the rule of law. [Full Story] UPDATE:
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