Terribles asuntos
Yo podría haber intentado otra cosa
Pero tú sabes que en esta vida
La cobardía te lleva por terribles asuntos
Y dolorosos mas encima,
Yo habría intentado por ejemplo;
Cambiar mi cuerpo por otro
Pero en nada se reemplaza un alma,
Haber cambiado los excesos por cuatro o cinco hijos
Y juntos salir al campo
¿ves? Muchas cosas, muchas ganas
No haber sido tanto poeta
Sino una palabra que beneficie a las personas,
Leo cada día un par de poemas del gusto personal
Y ya no hablo tanto con dios
Sino tanto con carreteras que llevan a cabañas
Que engendran otras cabañas.
Crónica
Ahora piensa que estamos cruzando un estrecho de mar
Como si te ayudara a cruzar un frágil puente
Tomando esa frágil mano que es un puente a la felicidad.
Yo tuve una casa una vez
Ahora en mi despensa no hay nada de lo cotidiano
/ que abunda en las casas bien formadas y tranquilas,
Tres o cuatro botellas en las bolsas de basura
Estoy durmiendo poco, los discos se traban a la mitad
Estamos terminando de cruzar el frágil puente
Avivo el fuego con los últimos maderos que quedan en el patio
Entonces desaparecen las paredes y sus cuadros
Los cigarrillos del automóvil, el automóvil
Se apagan las lamas amenazadoras
Y el tiempo que es un río se detiene
Cruzo sus aguas, llego a una cabaña donde un par de manos
/toman mi cara
Me ordenan el cabello y me reservan una ventana
/que da a un paisaje en calma.
Estás bien
Siento que al leerte una página
Tu rostro me dice si,
Estás bien,
Pero es difícil encontrarte
Entonces leo y leo páginas frente a la pared
Y pareciera que de ella se abre una puerta
/ veo a dos mujeres besándose tiernamente
Ellas cuidan a mi gato, me miran y sonríen
Y ese “Estás bien”
Debe estar rodando quién sabe dónde
Y el sol es más grande que la tierra.
Este país
El poeta nacional es este país
Un centro delantero es este país
El baño, el papelero, una pintura de Juan Chaparro es este país
Mi larismo endémico es este país.
Mira, los cuadros de la casa sostienen dos almas perdidas
Podría ser la de un presidente, la de un pastor tremendamente solitario
Y para respetar al género la de una bailarina incandescente
Pero no;
De los cuadros caen frutas maduras
Algunas caen al piso, otras caen en el velador
Entonces este país no es tan malo
Contempla su clima;
La casa se inclina modestamente cuando escribes.
A la manera de Esenín
Tranquilo muchacho
No llores en los parques
No escribas cartas temblorosas pasadas a crepúsculo
No intentes cortar tus venas frente a fotografías
/que muestran esos parques y crepúsculos.
Tranquilo eterno adolescente
El amor entre los seres no es nada nuevo
Y el fracaso, por supuesto, tampoco lo es.
Restorán sencillo
La mesera te dice ¡ya cariño! De manera fugaz
Eso estremece los tenedores y los muebles.
Este restorán en donde comen los pobres de corazón
La tercera edad después del pago
Se transforma en tu casa de acogida.
No has tocado el pan del menú
No deseas tocar el corazón de nada
Y el embanderado de la fiesta
Se destiñe sobre los platos.
La mesera, los pobres de corazón y yo
Creemos ver el sol en los espejos
Puestos a la manera de los restoranes,
Y el ¡ya cariño!
Junto al bamboleo de los platos
Es una gambeta a la soledad
La mesa coja del corazón.
Mira las ciudades
Mira las luces de la ciudad
Si, mira las entrelazadas llamaradas de la ciudad,
como asteroides avanzan
como los espejos se reflejan a si mismas
Las orgullosas, impenitentes ciudades.
Nuestros lejanos países
Nos sorprendemos haciendo el amor
Y tú sabes que el amor amedrenta a los cobardes.
Tu casa era el patio trasero de un tren
Allí escuchamos como por primera vez
Los mudos asteroides en el brocal de nuestros labios.
No has contestado el teléfono
Entonces mi rostro no quiere verse en la noria,
Te podría regalar un árbol
Para que llegue a ti el trino del mundo
Y tengas en donde recibirlo.
No eran nuestros países tan lejanos después de todo
Siempre merodeamos sus fronteras.
Los rústicos van a pitar la sepultura de los abuelos,
Estoy en un lugar donde no hay respuestas
/solo preguntas.
Frente a un aromo
Pienso que nuestros países no eran tan lejanos
Y los sueños no serían de ceniza
Si nuestras llamas hablaran por nosotros.