LA ENERGÍA EÓLICA SERÁ EL PRIMER
RECURSO ENERGETICO MUNDIAL
Lester R. Brown
En 1991, un estudio del Departamento de Energía de Estados Unidos para medir los recursos eólicos nacionales sorprendió al mundo cuando demostró que los tres estados más ricos en viento--North Dakota, Kansas y Texas--poseían un recurso bastante como para satisfacer la demanda nacional para electricidad. Ahora un estudio nuevo, hecho por un equipo de ingenieros de Stanford, reporta que la energía eólica potencial supera por mucho los cálculos de 1991.
Avances en el diseño de la turbina eólica desde 1991 ahora permiten que las turbinas operen a velocidades más bajas, y que cosechen más energía del viento, y que lo hagan a altitudes más extremas--aumentando dramáticamente el recurso eólico alcanzable. Añadiendo los cálculos favorables para el recurso potencial de las molinas marinas, se revela la extensión del recurso eólico. La energía eólica puede satisfacer no sólo toda la demanda estadounidense para la electricidad, sino además toda la demanda enérgica del país.
En una avaluación conjunta de recursos eólicos mundiales, titulada Wind Force 12, la Asociación Europea de Energía Eólica con Greenpeace, concluyeron que la capacidad generadora mundial del viento-dando por supuesto que sólo el 10 por ciento del espacio terrenal del planeta sería disponible para tal desarrollo-es el doble del consumo mundial previsto para el año 2020. Una proporción mucho más extensa del espacio terrenal podría dedicarse a la energía eólica en regiones poco pobladas pero ricas en viento, como los Grandes Llanos de América del Norte, el Noroeste de China, Siberia oriental y la región argentina de Patagonia. Si la inmensa capacidad marina se añade, parece probable que la energía eólica podría satisfacer no sólo las necesidades mundiales eléctricas, sino además toda la necesidad mundial energética. (Véase datos http://www.earth-policy.org/Updates/Update24_data.htm)
Durante la última década, el viento ha sido la fuente energética con el crecimiento más rápido. Subiendo de unos 4.800 megavatios de capacidad generadora en 1995 a 31.100 megavatios en 2002, se ha multiplicado por seis. Las turbinas eólicas alrededor del mundo ahora proporcionan bastante electricidad como para satisfacer las necesidades domésticas de 40 millones de europeos.
El viento es atractivo porque es abundante, barato, inagotable, ampliamente distribuido, benigno para el clima, y limpio-atributos que ningún otro recurso energético puede igualar. El costo de la electricidad generada por el viento ha bajado de $0,38 por hora-kilovatio a principios de los 1980 a unos $0,04 por hora-kilowatt hoy en los sitios eólicos principales. Unos contratos de largo plazo, recientemente firmados por Estados Unidos y el Reino Unido abastecen electricidad a $0,03 por hora-kilovatio. El informe Wind Force 12 proyecciona que el costo mediano por hora-kilovatio de la electricidad generada por el viento bajará a $0,026 antes de 2010 y a $0,021 antes de 2020. El consultante de asuntos energéticos Harry Braun, estadounidense, dice que si las turbinas eólicas se producen en serie como los automóviles, el costo de la electricidad eólica podría bajar a una figura entre $0,01 y $0,02 por hora-kilovatio.
Aunque sea barata ya la electricidad generada por el viento, el costo sigue bajando. Al contrario del petróleo, no hay ninguna OPEP para fijar los precios eólicos. Y al contrario de los precios del gas natural, que son notoriamente inestables y que pueden doblarse en un plazo de unos cuantos meses, los precios eólicos están bajando.
Otra atracción importante del viento es su distribución amplia. En Estados Unidos, por ejemplo, unos 28 estados ahora tienen fincas eólicas de la capacidad de servicios públicos que prestan electricidad a la red local. Mientras unos cuantos países controlan todo el petróleo del planeta, casi todos los países podrían extraer energía eólica.
Dinamarca es el líder mundial en la proporción de su electricidad que se debe al viento-20 por ciento. En términos de capacidad generadora fundamental, Alemania es el líder con 12.000 megavatios. A finales de 2003, ya habrá superado su meta para 2010 de 12.500 megavatios de capacidad generadora. Para Alemania, este crecimiento rápido de la energía eólica es clave para su meta de reducir emisiones carbónicas por un 40 por ciento antes del 2020.
La expectativa es que este crecimiento rápido de extensión global seguirá mientras más países eligen el viento como recurso energético. Además de los pioneros-Dinamarca, Alemania, España y Estados Unidos-muchos países tienen planes ambiciosos, inclusos Reino Unido, Francia, Brasil, y la China.
En Europa, con su densidad de población, la capacidad marina para desarrollar el recurso eólico también explota. Dinamarca está construyendo su segunda finca eólica marina, con 160 megavatios de capacidad generadora. Alemania espera unos 12.000 megavatios de capacidad generadora marina que ahora están en proceso de construcción.
El poder eólico es ahora una industria viable y robusto, de rápida expansión. La electricidad barata generada por el viento facilita el proceso de convertir agua en hidrógeno. El hidrógeno es el combustible elegido para las muy eficientes células de combustible que se usarán ampliamente en el futuro, tanto en los automóviles como en la electricidad, la calefacción y el aire acondicionado para edificios. El hidrógeno también ofrece una manera de almacenar energía eólica y de transportarla económicamente o por viaducto o en forma líquido por barco.
Con el conocimiento de ingeniería y la experiencia de producción de la industria eólica, sería relativamente fácil incrementar la extensión de la industria, hasta doblarla cada año durante varios años, si tal necesidad se presenta. Si, por ejemplo, las olas de calor sostenido, reductores de cosechas, hacen subir los precios alimentarios, generando presión popular para reducir rápidamente las emisiones carbónicas cambiando el carbón y el petróleo con el viento y el hidrógeno, sería posible hacerlo. Si surge la necesidad de cambiar rápidamente al uso de automóviles que usan hidrógeno, esto podría hacerse convirtiendo los motores de combustión interna de gasolina al uso de hidrógeno con estuches baratos de conversión.
Para los que invierten en valores energéticos, la expansión futura se liga al viento y al hidrógeno producido con electricidad barata generada por el viento. La venta de células solares crece por más de 30 por ciento al año y puede abastecer gran parte de la electricidad para los 1,7 mil millones de personas que siguen sin electricidad, la mayoría de éstas en aldeas de países en desarrollo. Pero la célula solar es todavía demasiado cara para propoorcionar las cantidades vastas de energía requerida por una economía moderna.
El consumo mundial del carbón llegó a su cumbre en 1996 y ha caído 2 por ciento desde entonces. Es una industria marchita, no una oportunidad atractiva para nuevas inversiones. Ni parece particularmente prometedor el petróleo, como la producción mundial probablemente no expanderá mucho más allá del nivel actual. La producción del gas natural, el más limpio y el menos desbaratador del clima de los combustibles de fósil, probablemente seguirá expandiendo por unas cuantas décadas más, fortuitamente desarrollando una infraestructura que podría adaptarse al hidrógeno. Se espera que la generación nuclear de energía llegará a su punto máximo, cuando la gran cantidad de plantas anticuadas que se cierren sobrepasará el número limitado de plantas bajo construcción.
El futuro de la energía pertenece al viento. La economía energética
mundial se hizo progresivamente más global durante el siglo XX, cuando
el mundo se dedicó al petróleo. Ahora promete invertir su dirección
y hacerse más local durante el siglo XXI, cuando el mundo elige el
viento, el hidrógeno generado por el viento, y la célula solar.
El viento y el hidrógeno eólico decidirán la forma no
sólo del sector energético de la economía global, sino
la economía global en sí.
Publicación inicial (inglés):
25 junio 2003
(http://www.earth-policy.org/Updates/Update24.htm)
Reproducido en traducción con permiso del Earth
Policy Institute
Copyright © 2003 Earth Policy Institute
Traducción al castellano: Joseph Robertson
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