TEMPERATURAS RECORD DISMINUYEN LA COSECHA CEREAL
MUNDIAL: Baja mensual igual a la mitad de la cosecha de trigo de EEUU
Lester R. Brown
Esta baja de 32 millones de toneladas, igual a la mitad de la cosecha de trigo de Estados Unidos, se concentró en Europa, donde temperaturas sin precedente hicieron marchitarse la cosecha. La región afectada se estira desde Reino Unido y Francia en el oeste, hasta Ucrania en el este. El calor abrasador dañó a la cosecha en casi todos los países de Europa.
Las temperaturas elevadas de las últimas semanas redactaron el archivo de temperaturas extremas. El día 10 de agosto, la temperatura en Londres alcanzó 100 grados Fahrenheit (38 grados Celsius)-primera figura de tres números en el archivo de temperaturas de Reino Unido. Francia tuvo 11 días seguidos en agosto de temperaturas más altas que 35 grados Celsius (95 grados Fahrenheit). En Italia, las temperaturas alcanzaron 41 grados Celsius (105 grados Fahrenheit).
El calor contínuo de Europa comenzó a principios del verano cuando Suiza, ubicada en el corazón de Europa, experimentó el junio más caliente desde el inicio de los archivos hace 140 años. En julio, el calor sin precedente se extendió por toda Europa.
La cosecha de Europa oriental fue la que sufrió más, la cosecha regional de trigo siendo la más pequeña desde hace 30 años. En Ucrania, la cosecha de trigo, ya severamente dañada por un invierno frío, se disminuyó aún más por el calor, cayendo de 21 millones de toneladas el año pasado a 5 millones de toneladas este año. Como resultado, Ucrania, exportador principal de trigo el año pasado, ahora se vio obligado a importar trigo, cuando parecía que el precio del pan estaba entrando en un espiral incontrolable. Rumania, que sostuvo un golpe particularmente fuerte por el calor y la sequía, espera cosechar menos trigo desde el inicio de los archivos. La República Checa espera la cosecha cereal más pobre de los últimos 25 años.
El calor sostenido, que perduraba hasta mediados de agosto, también redujo la cosecha cereal de Alemania. La Unión de Agricultores de Alemania informa que unos agricultores del sudeste de Alemania podrían perder la mitad de su cosecha.
Este cálculo reducido de la cosecha cereal mundial hará subir el déficit cereal mundial de este año a 82 millones de toneladas. Como la expectativa del consumo cereal mundial de 1.912 millones de toneladas excede la producción de 1.830 millones de toneladas por un margen de 4 por ciento, el mundo se ve comprometido por un agotamiento masivo de las reservas cereales. (Véase datos.) Con el agotamiento de este año, las reservas cereales mundiales se han disminuído hasta el nivel más bajo desde principios de los 1970. Cuando las reservas cereales mundiales cayeron a un nivel peligrosamente bajo en 1973, los precios mundiales del trigo y del arroz se dobrlaron.
Mientras los niveles del dióxido de carbono (CO2) atmosférico suben más cada año, en un ascenso indómito, crean un efecto invernadero, elevando la temperatura del planeta. Durante el último cuarto de siglo, la temperatura mediana de la Tierra ha subido 0,7 grados Celsius, o más de un grado Fahrenheit.
Mientras se suben las temperaturas, períodos de calor que marchitan las cosechas se vuelven cada vez más comunes. El año pasado las cosechas cereales de India y de Estados Unidos padecieron choques fuertes de temperaturas altas y de sequía. Este año, fue Europa que sufrió más con un calor elevado.
Durante este calor mortalmente amenazante, los europeos pueden haber pensado que las temperaturas no podrían subir mucho más, pero el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), grupo de unos 1.500 de los principales climatólogos del mundo, prevé una subida en la temperatura mundial mediana de entre 2,5 y 10,4 grados Fahrenheit (entre 1,4 y 5,8 grados Celsius) durante este siglo, si seguimos con la política energética del negocio de siempre.
Aún si la temperatura terrestre sube sólo unos cuantos grados,
como las proyecciones bajas del IPCC, probablemente veremos períodos
de calor sostenido mucho más concentrados que lo que podemos imaginar.
Si las cosechas se encogen y los precios suben, gracias a las temperaturas
elevadas, habrá una intensificación de la presión de
los consumidores de reducir el uso de combustibles de fósil. De hecho,
una subida en precios de alimentos podría ser la primera señal
económico global de la necesidad de una alteración fundamental
en la política energética, un cambio que guiaría el mundo
hacia fuentes de energía renovable, abandonando los combustibles de
fósil que tanto desbaratan el clima.
Publicación inicial (inglés):
27 agosto 2003
(http://www.earth-policy.org/Updates/Update27.htm)
Reproducido en traducción con permiso del Earth
Policy Institute
Copyright © 2003 Earth Policy Institute
Traducción al castellano: Joseph Robertson
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