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La palabra me sigue todo el día. Va conmigo cuando bajo la larga escala
de cemento para ducharme en el fondo del patio. Me sigue de regreso a
mi pieza y permanece quieta mientras preparo mi mochila para el día.
Se
queda silenciosa, sentada sobre la cama aún por hacer, mirándome
con
sus profundos ojos de perro fiel. Bajo rápido la cuesta que se me hará
un calvario al regreso del día. Como una sombra trota a mi lado sin
tropezar nunca. Sabe donde cruzar y donde detenerse. Cuando subo a la
micro se sienta sobre mis piernas sin tocar al del asiento vecino y va
mirándolo todo con sus ojos tristes. ¿De dónde le vendrá
esa tristeza?
me digo. Ella parece escucharme aunque no he abierto la boca. Seguimos
rumbo al centro, la palabra y yo, rumbo al hermoso Zócalo de Oaxaca,
juntos, traqueteando a un ritmo, hermanos en el ansia y en el sueño.
Me
sentaré en alguna banca frente a la Catedral y estoy seguro de que
mi
palabra se pondrá a correr junto a los niños oaxaqueños
que gritan y
ríen y vuelan por mi cielo como una bandada de pájaros alegres.
Nunca
tropieza, ya dije. Aunque niña entre los niños, por alguna razón,
se ve
palabra mayor.
La semana ha pasado como un cometa. Ni la cola le hemos visto. Miro
hacia los cerros que bordean la ciudad y no le veo ni el rastro. Se fue
la semana y se llevó su canto. Quedamos aquí buscando huellas,
reconstruyendo voces.
Es la palabra, entonces, la que se sienta frente a mí en el centro
de
la mesa
Y me mira
Como si este trocito de presente
Fuera el universo entero.
Último día en Oaxaca. Mi último día en tierra
mexicana donde me siento
canto y vertiente, y se me antoja gemela de mi país de nacimiento.
Cuánta alegría en el rostro de estos niños que tropiezan
y caen como
pájaros alegres adentro de sus sueños. Qué agradables
sonrisas en la
cara de la gente. El castellano salta y juega y canta a sus enteras
anchas divirtiendo hasta a las piedras que se apilan y acomodan. Uno se
va de Oaxaca y se queda.
La palabra quiere más aire, más campo abierto, más océano
de agua y
aire, más música
En una pata salta
De una línea a otra
Se des-
Cuelga
Como
Una
A-
Ra-
Ña
Pero no se deja atrapar en la tela
Como mísera mosca atraída por la muerte
La palabra es vida y quiere vida y más vida
Y aire y respiro y corazón cantor
Retumbando adentro de la página
Y afuera
La palabra es grillo y es cigarra y hormiga y picaflor
Que hace su flor
A veces duerme o parece dormida
Pero siempre está aquí, allí, allá
Latente el canto, latiendo el sonido corazón cantor
Allá y aquí, allí y acá
La palabra que parece cerrar los ojos
Pero no los cierra nunca
Porque siempre mira
Intuye
Olfatea el mundo
Crea, reflexiona
Respira hondo
Siempre quiere más aire, aire, aire
Por eso vuela y se eleva
En el telar hermoso de su canto
Que es canto y cuento
Historia y oración
Plegaria y búsqueda
Además de un buscarse sin fin.
Afuera o adentro de la página, en un verso o una línea
Escrita por otro buscador encontrado por la palabra
Por otro compañero
Por otro hermano humano que va y viene
Se eleva y cae con la palabra en él
En ella, aquí y allá
Acá y allí
Juntos todos, la palabra y uno.
© 2004 Carlos Trujillo Ampuero