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... Primavera 2009
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Rosabetty Muñoz
Vol. 1, No. 1, Primavera 2009 : Poesía

SITIOS FUGACES
(Poemas inéditos)

 

Muertos que transitan

a Jorge Torres

Ciertos muertos se llevan sus objetos preciados
o vuelven
para dejarlos caer
                cambiarlos de lugar.
Lloran en los rincones
por el retrato de la amada.
Abren cajones giran llaves encienden luces
Y, sin embargo,
nada les devuelve el ardor.
Les parece carne la página de un libro
sangre, la luz que atraviesa los visillos,
músculo el brazo del sillón.
Sólo ellos, ciegos y terrosos
son puro residuo evanescente.

 

Furor de yegua

Pasa una manada de potros
por el río corriendo
         las crines erizadas
restallando el agua contra el lomo.
Espumarajo y caricia
en el lomo mío ahora
bañándome a toda prisa;
todavía en el hedor
             y con el aire espeso.

 

La flor de la dicha

Aquí, a orillas de la mesa
con la ventana entreabierta
y una tetera silbando monocorde,
el instante despliega su andamiaje.
Descanso el rostro sobre el brazo
y me dejo recorrer por esta paz.
Ya antes de todo, ahí
                      en ese sitio
estaba concentrada la plenitud.
El fuego, la luz, los objetos amados
reunidos en capullo
          se abren  sin aspavientos.
Es la flor de la dicha
        que estalla unos segundos
y perfuma, al extinguirse,
        los demás momentos del día.

 

Desprendimiento

La gran explosión
nos condenó a lo singular

solitos     flotantes     mínimos

sumergidos en el caldo absoluto
deseando otra vez
               el Enlace.

 

Miniatura

Me veo de espaldas a los postes
que sostienen el muelle.
Como las doncellas de estampas infantiles
que esperaban la embestida del toro
rezando iluminadas.
Así me veo.
No estoy de blanco. Ni arrebolada
por el amor eterno:
firmes las piernas sobre la arena
mi palpitar se acompasa en el rugido
de ese mar
que habrá de descuajarme.

 

EN NOMBRE DE NINGUNA
(2008)

 

Basura

Ahora tenemos aquí
una bolsa negra que contiene un niño.
Sabemos que sufrió.
Que se retorcía.
Que se le pegaba el nailon
en la abertura de la boca.
No alcanzó a reír.
No alcanzó a colgar
                 de la ternura de un pezón.

 

Boca de río

Ay del cuerpo abierto en canal
     despojado de su niño
en operación de urgencia
     (sobre la mesa de la cocina).
Ay de la que se entierra un palillo
o un tallo de apio o una rama de espino.
Ay de la que se toma una taza de cloro.
Ay de la que se acuesta boca abajo
mientras su amiga le salta encima.
Ay de la boca de río que la contiene
y de esa agua ya para siempre turbia.
Aquel cuyo espanto le obliga a volver la vista
habrá de inclinarse y anegar sus ojos
ante la niña de vientre hinchado.
Habrá de dolerse.
Ahora no es tiempo de amarrar la lengua.

 

En nombre de ninguna

Se suceden en procesión
hacia el altar de la sangre
estas jovencitas
con sus crías en bolsas negras.
Hay otras debajo de las tablas del piso
y enterradas con las flores del jardín
En pecado mortal
están las hijas de la patria.
Actúan ellas en nombre de ninguna.

 

La sombra de la hija

   La sombra de la hija va cosida al costado
y murmura que nadie se muere la víspera.
Su ácida compañía es oleaje
en el mar espeso y opalino de la sangre.
Repite también que es falta grave
no dedicarse al amado, abandonarlo
en su ser finito, su pobrecito efímero.
Esta sombra pide ser sorbida
fusionada en mí. Ser amada de veras.
Le parece mezquino este gesto mío
de  alargar la mano
y  arreglarle un mechón
   que cae sobre sus ojos.

 

Pequeño retrato de la ascensión de un ángel

Dormido, de suave talante
sostiene una piedra en cada mano.
Allá abajo, en la terrosa humedad
  una orla dorada rodea su cuerpo.
Las raíces susurran
los insectos suspenden su carcoma,
para contemplar la dulzura de este ángel.
                 (a pesar de los ojos abiertos
                  de sus labios coloridos
                  de su corona de flores frescas,
                  ya no está con nosotros)
Ahora que hemos visto cómo consiguió un nombre
cómo se hizo de una familia siendo ya cadáver,
ahora puede aflojar sus alas falsas
y dejar que la lluvia estropee el traje prestado.
Ahora es cuando se eleva entonando coplas
planeando sobre las cabezas de los asistentes.
Si no fuera por las cuatro velas encendidas
por las flores y el lavatorio debajo de la mesa
podríamos engañarnos:
esa cabeza reclinada en la almohada
ya no está con nosotros.
Quisiera el pequeño llevarse
hasta sus restos mortales
(para qué dejarlos, alivianados ya de su peso)
El nacimiento fue un breve paso.
En vuelo rasante pasó a recoger
un gesto de amor cualquiera
y dejó una cicatriz
                       esta línea finísima en el útero.

 

Misterios Gozosos
                   (Descansa en tu ala ahuecada)

Ese soplo que fuiste
se ha sumado a nuestro aire.
Tu nuevecito pulmón tiene ahora
el fuelle trabado.
Silencio en las cavidades.
Falta una mirada sobre las cosas:
la tuya.
Unos gramos perdió el universo
(aquí, donde todo es pérdida)
Cómo van a pesar tus obras
al final de los tiempos
cómo te van a pedir cuentas.
Adormecidos por el olor de las flores
el calor de las velas, el aguardiente
un poco ebrios
podemos ver cómo se acerca la barca
que viene a buscar al niño.
Los portadores tambalean
yendo al embarcadero.
Cegados por la luz del día
apenas notarán el traje descolorido.
Descansa y contempla
cómo los elementos se encargan
de borrar  hasta tu nombre en la cruz.

Rosabetty Muñoz nació en Ancud, Chiloé, Chile, en 1960. Desde su titulación como profesora de castellano ha ejercido labores de docencia en distintos establecimientos educacionales de Chiloé y participado activamente del desarrollo cultural del sur de Chile. Ha publicado Canto de una oveja del Rebaño, Ediciones Ariel, Santiago (1981); En Lugar de Morir, Editorial Cambio (1987); Hijos, Editorial El Kultrún, Valdivia (1991); Baile de Señoritas, El Kultrún (1994); La Santa, historia de su elevación. LOM ediciones (1998); Sombras en el Rosselot, LOM ediciones (2002) y Ratada, LOM ediciones (2005) y En Nombre de Ninguna, Ediciones El Kultrún (2008).

Su poesía también ha sido incluida en diversas antologías, entre ellas: Un ángulo del mundo. Muestra Poética, Encuentro Iberoamericano de Poesía, RIL (1993); Veinticinco Años de Poesía Chilena, Calderón, Harris, Calderón, Fondo de Cultura Económica (1996); Antología del Poema Breve en Chile, Floridor Pérez, compilador, Editorial Grijalbo (1998); Escritoras Chilenas, Linda Koski, Editorial Cuarto Propio (1998); Antología de Poetas Chilenas, Eugenia Brito, Dolmen Ediciones (1998); Antología Poética de Mujeres Hispanoamericanas (Siglo XX), Idea Vilariño (compiladora), Ediciones de la Banda Oriental, Montevideo (2001).

Ha recibido distinciones por su trabajo, algunas de ellas son: Mención de Honor en el Premio Municipal de Poesía de Santiago (1992- 1999); Mención de Honor, Premio Pablo Neruda (1996); Premio Pablo Neruda, por el conjunto de su trabajo (2000); Beca Fundación Andes (2000); Premio Consejo Nacional del Libro por Sombras en El Rosselot, como mejor obra inédita (2002); Obtiene Beca para escritores profesionales del Consejo Nacional del Libro y la Lectura (2005)  para escribir texto poético “En Nombre de Ninguna”.

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