NOTAS AL PIE DE TUS PÁGINAS
"Yo sé un himno gigante y extraño
que anuncia en la noche del alma una aurora"
— Gustavo Adolfo Béquer
Sexema
Léeme despacio
sin prisa
como leerías tu nombre
en las esquelas del diario de la mañana
pregúntame qué escondo
o pide alguna imagen como pista
de lo que en realidad quiero decir
concedeme ser torpe en las palabras
esa triste alegría que pueda contener
no seas tan severa con mis imprecisiones
sonríe en mis aciertos
detente.
Ahora avanza
y cuando me termines
comiénzame de nuevo
otra vez
Noches
hay noches que comunican
en las que Uno cuelga, sabiendo
que no ha sido buena idea
descolgar la mañana
noches ilocalizables
en los que la persona a la que llamas
no está disponible
hay noches robadas
de bolsos de mujer
que dejan facturas
con mil euros en llamadas al extranjero
Y denuncia en comisaría
que no nos delvoverá el tiempo
hay noches que pasan en modo silencio
noches sin cobertura
en las que todas las líneas están ocupadas
noches fijas en el olvido
noches móviles en la memoria
noches perdidas, en que Uno cuelga, sabiendo
que no ha sido buena idea
descolgar la mañana
Mensaje en una botella
tu temor a naufragar
llenó la noche
de arrecifes silenciosos
vigilando la oscuridad
amanecía bajo el mar y tú
sobre la arena de las sábanas revueltas
describías tempestades en el horizonte
por miedo a decidir un rumbo
y mi corazón, amotinándose en las olas de tu cuerpo
deseando que el sol te hundiera en mi playa
no te escuchó
me pregunto, si ya notabas entonces
los años de travesías desorientadas
que nos esperaban
el destierro final
en esta isla desierta
donde cada noche, vacío botellas
y en su interior entrego al mar
mensajes, sin destino
- como éste -
Encuentro
Porque ya sólo me acuerdo de ti cuando anochece
sé que no te quiero
desde la oscuridad recuerdo
el injusto reparto las últimas miradas
imagino como era el mundo a tus pies
empapado del familiar miedo al nosotros
que me aletarga algunas noches
en la espera del primer sueño
como buenos comensales
educados a la hora de comernos las entrañas
nos encontramos de año en año
en cualquier lugar ajeno
estas preciosa, te digo siempre
y tú bajas la mirada
con esa sonrisa por la que no pasa el tiempo
que dulce el intercambio de mentiras y posibilidades
que alegre la despedida, la última, la primera
que extraño se ve mi nombre en tu boca
mis labios guindados de tus labios
ese sabor - digámoslo - de derrota
poder contarte al fin como sigue todo
igual, qué esperabas
puede que no sea cierto
pero ahora mismo, cuando te tengo delante
sólo existimos tú, yo y un viento inquieto
La ciudad y los gatos
nacer en la ciudad de los gatos
aprender a ser pardo mientras creces
a escabullirse de noche por las ventanas
sin ser visto
caminar en silencio
vagabundear desorientado por calles, sin llamar la atención
más que de algún otro gato que también está perdido
aprender de la luna a cada paso
que a veces no hay diferencia entre cariños y arañazos
como gato
tener pasado de dios y ser amigo de las brujas
desarrollar las neurosis como mero pasatiempo
y cuando oscurezca el sol
poder encontrar el camino de vuelta
para colarme en tú alcoba sigiloso
y hacerme un hueco entre tus sábanas
donde morir de curiosidad
Respuesta
recibí tu mensaje
aquí nada ha cambiado
aún pasan los días
ya es otra vez mañana
y vuelvo a abrir los ojos
tratando de evitar pensar en ti
escarbo entre las horas
sin mucha convicción
evito tropezar
mi rostro en los espejos
y si llega la noche
silencio que he vivido
para poder dormir
por lo demás, ya sabes
la casa empeñada
en ir desordenándose
el trabajo tranquilo
está en algún rincón
aún por hacer
y sí, no te preocupes
tu nombre lo he guardado, letra a letra
en cajas de cartón
no hay ninguna prisa
pásate cuando puedas
a buscarlo
Tarde
Ahora que entiendo
has ido deshojando, uno a uno
los días que estuvimos juntos
y encuentro al apoyar
mi tarde en tu regazo
olor a tiempos muertos
y el sonido de fondo
de la televisión
Ahora que nuestro amor
transcurre en las pantallas
marchita los silencios
empieza a florecer
en jardines extranjeros
debiera levantarme
debieras levantarte
guardar en la maleta diez años
e irnos lejos
el uno ya del otro
debiera no abrazarme
más fuerte a tu cintura
ni hacerte entristecer
diciendo que te quiero
Dejaré escrito tu cuerpo
dejaré escrito tu cuerpo
para que sea leído
por otras voces
hablaré de tu cintura
frontera infinita del verbo
de tus pechos incendiados
de tus pies fríos
dejaré escrito tu cuello
palpitando en cada beso
para que cada vez
que alguien lea esto
mastique en sus labios
tu cuerpo perfecto
y yo pueda entender
lo de esos hombres
con los que te acuestas
pensando en mi
y que no te importan